martes, 28 de julio de 2015

Pedacitos de la historia en libros

¨Erase una vez...
Una frase que cuando la escuché por primera vez, conmovió toda mi pequeña vida...¨
Ana María Matute

Hace unos días, escuché un audio acerca de la vida de Ana María Matute, escritora española. Retacitos de su voz en entrevistas, que me dieron ganas de leerla más.
Más adelante en la semana, alguien publicó en su Facebook una frase de Carmen Martin Gaite, homenajéandola a los 15 años de su muerte. Otra escritora española, muy querida para mi.
Volvió el recuerdo de la primer novela de ella que leí. Antes había leído cuentos cortos, que conocí gracias al taller de literatura al que asisití muchos años.
Nubosidad variable, dos amigas, una historia entrañable que inauguró una nueva etapa en mi vida: con ella di mi primer paso como lectora adulta independiente y libre.
Recuerdo haber ido a la librería, sin ningún titulo en particular en mente, sin ninguna recomendación, sin ninguna ¨tarea¨ para el taller de lectura. Con el bagaje de todo lo que había estado descubriendo y aprendiendo, y la libertad que esa educación ¨lectora¨ había ido forjando en mi.
Libertad para elegir, (en ese momento, un libro), y permitir que se abriera la puerta a un mundo infinito, una puerta que ya nunca más se volvería a cerrar.

¨La soledad también puede ser objeto de artesanía, que se lo pregunten sino a los poetas, consiste en no vivirla como condena ni mendigar nada desde el hondón de ese agujero negro, simplemente explorarlo¨
Carmen Martín Gaite, Nubosidad Variable

En estos días recordé también Corazón, el primer libro que leí en mi infancia, sola y sumergida completamente en sus páginas, en su historia. Ese libro leído casi de un tirón, en un sillón del living del departamento familiar de ese tiempo, contra la ventana, para captar un poco más de luz en un día lluvioso de invierno. Ese libro leído entre lágrimas, profundamente emocionada. Ese libro que no recuerdo de qué trataba, ( como me sigue pasando con muchos de los libros que leo después de un tiempo de haberlos terminado), pero si la intensa emoción que me provocaba, los nuevos mundos a los que me proyectaba, la posibilidad maravillosa e inexplicable a la que me estaba abriendo a través de su lectura.

Por eso me dieron ganas de escribir este post, en honor a esos y tantos otros escritores y sus libros maravillosos, que nos abren mundos, nos emocionan, nos acompañan en el crecimiento, marcan hitos de desarrollo, y traen una riqueza incomparable a nuestras vidas.

Estas palabras tendidas quieren ser hoy un homenaje a esos tantos que tendieron y siguen tendiendo sus palabras, aquellas en las que me encuentro, aquellas que me inspiran a decir las propias, aquellas que me dejan a veces, en un reverente y fecundo silencio.

¨Te harás hombre, recorrerás el mundo, verás ciudades inmensas, monumentos maravillosos, pero aquel modesto edificio blanco, con aquellas persianas cerradas, y aquel pequeño jardín donde se abrió la primera flor de tu inteligencia, lo tendrás presente hasta el último día de tu vida, como yo conservo siempre en mi memoria la casa en la cual escuché tus primeros ayes la primera vez¨ 
Edmundo de Amicis, Corazón

4 comentarios:

  1. Conmovedor Florcita, leerte.

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  2. Lindo!!!!!!!! gracias por poner en palabras esa magia de la lectura que empezó hace tantos años....
    Un beso grande

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    1. Gracias a vos, por estar del otro lado para que yo pueda compartir! Un abrazo

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