domingo, 22 de febrero de 2015

Sorpresas como liebres

¨A veces, si te movés con cuidado
a través del bosque, respirando
como aquellos que en las viejas historias, 
podían cruzar una parva de hojas secas,
sin hacer ruido alguno,
llegás a un lugar,
cuya única tarea es traerte problemas,
con pequeñas y atemorizantes preguntas
concebidas en ningún lugar,
pero en ese sitio, 
empezando a llevarte a cualquier lugar.
Preguntas que te piden que detengas lo que estás haciendo
ahora mismo,
y que detengas aquello en lo que te estás convirtiendo
mientras lo estás haciendo.
Preguntas que pueden hacer o deshacer una vida.
Preguntas que pacientemente te han estado esperando¨.

David Whyte


"La sorpresa es una liebre, y el que sale de caza nunca la verá dormir en el erial" C. Martin Gaite


Sorpresas te da la vida cuando te quedás un poco quieta.
Siempre y sin falta.
Si te animás a moverte suavemente, a detenerte, a perderte por un rato, a quedarte; algo aparece, pregunta, se mueve, se transforma.
Escuchás ese latido que de tan fuerte a veces hasta duele.
Y sabés que estás viva, y que hay todavía camino por recorrer.
Das gracias por una pieza más del rompecabezas que recuperás,
o un lugarcito nuevo que inaugurás,
o un anhelo que termina de emerger con la claridad de una palabra.
Agradecés darte cuenta que en el no tener, estás llena. Que en la grieta estás más entera que nunca,
y que es infinita ( o casi), tu posibilidad de amar.
Das gracias, conmovida, por ver lo que es ¨verdad¨, aunque duela,
y por ver con alivio, que esa verdad no es ¨toda¨ la verdad
sino solo una parte.

Me fuí unos días lejos de mi casa, mi familia y mis rutinas. A un lugar donde por momentos estaba sola, por ratos acompañada.
Una escuela natural incomparable.
Alguien que conocí allí me preguntó si irme sola me resultaba un buen ¨escape¨.
Y mi respuesta fué y es que no me ¨retiro¨ para escapar, sino para encontrar y encontrarme.
Con lo que sea. Con lo que aparezca. Con lo que me está esperando cada vez.
Siempre hay algo esperando, no siempre lo esperado. Y a todo trato de darle la bienvenida.
Ya que libremente, hace rato que dejé de escapar.

El mismo paisaje,
nunca es lo mismo.
Sobre una piedra
detrás de un árbol
a orillas de un río o del lago
espera la sorpresa,
eso que pasé por alto tantas veces
y no quise o no pude ver,
o algo viejo que se despierta de sus años
de vida congelada,
o eso nuevo, fresco, que toma envión para nacer.
Y abro la piel y el alma
para sentir de lleno,
para encontrarme con lo que arde y quema.
No huyo, me quedo.
Y de a poco voy dejando 
que las lágrimas, como un río transparente, 
limpien y refresquen, 
hasta que llegue la risa, 
y el suave bálsamo de la aceptación.

Y vuelvo con las copas llenas para dar y darme.

¨Cada vez que entramos en nuestra experiencia para ver qué es, para aprovecharla más, una nueva comprensión emerge. En ese preciso instante devenimos más vastos. Esta es la acción de lo divino, y en nuestra incesante indagación frente a la vida, lo que sea aquello que descubrimos, nunca nos lleva al final de nosotros mismos¨
R. Moss





1 comentario:

  1. Me gusta "viajar" por esta carretera de letras, quizas sea porque surja lo nuevo, o simplemente se trata del placer de escuchar-me a traves de esas "miradas" que se adelantaron y me trajeron destellos de las próximas preguntas. Gracias Flor!

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