jueves, 15 de agosto de 2013

Crónica de una espera

¨Escribo porque me da la real gana...
escribo para adquirir conciencia, primordialmente, de lo que soy.
Escribo para explicarme a mi misma, todo lo que no entiendo, que es todo¨
Rosario Castellanos 

( ¡Gracias Flopi de Elmaldelsauce.blogspot.com, por presentarme a esta genial escritora!) 


Las salas de espera. Pequeños mundos dentro de un mundo, dentro del mundo.
En cada sillita, de esas que vienen juntas como tiras de chorizos, y solo viven en esas salas, descansa por un rato uno de esos pequeños/grandes mundos, personales, misteriosos, expectantes.
Sillitas pegadas, seres que no son, por cierto, anónimas achuras en ristra, sino personas, con vidas, con historias, reales, o imaginadas.
Frente a una puertita que dice ¨ecografías¨,  perdiendo la mirada en esa lámina descolorida de pintor impresionista que cuelga torcida en la pared amarillenta, una mujer le hace compañia al marido que espera nervioso que un médico le mire la evolución de sus ¨piedras¨, mientras le recomienda por teléfono y en voz altísima, a su hija, flores de bach y clases de yoga.
Todas las medicinas en la misma sala de espera. Como en el mundo.
En otro lugar de la ristra, a mi lado, un hombre, también de voz fuerte, profunda, aprovecha la espera para hacer llamados y organizar su agenda del día. Del día que le espera al salir de la sala de espera. No quiere molestar, dice, ofrece sus servicios. La cercanía y el volumen hacen que me sea inevitable escucharlo. Es fumigador y tiene voz de locutor. Un fumigador/locutor.
No lo miro, por disimular que estoy atenta a su voz. No lo miro pero busco mi libretita, la que viene siempre conmigo. No lo miro pero me lo imagino, con mameluco, como un actor de cine: ¨el fumigador¨, nombre en clave del asesino exterminador de una pelicula, que sucede en una sala de espera.
Esa sala de espera, en la que como un chorizo, espero mi turno, y me salvo, a través de la imaginación y las palabras, del exterminio real o imaginado.



2 comentarios:

  1. jajaja! Buenísimo Flor!!! Las salas de espera son un semillero de historias!!! Escribí un texto parecido hace un tiempo, pero no es tan divertido. Comparto eso de que la imaginación nos salva, siempre. Hace poco encontré esta misma idea en el último libro de Rosa Montero. Después de contar algo doloroso, dice: "Y ahora escucha! Lo que acabo de hacer es el truco más viejo de la Humanidad frente al horror. La creatividad es justamente esto: un intento alquímico de transmutar el sufrimiento en belleza. El arte en general, y la literatura en particular, son armas poderosas contra el Mal y el Dolor. Las novelas no los vencen (son invencibles), pero nos consuelan del espanto..."
    Beso!

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  2. Si! tengo varias en la libretita: Podemos editar la antología: Historias fantásticas en la sala de espera!
    Lindidima la cita de Rosa Montero, creo así es, el arte, y para mi particularmente la literatura, logra esa alquimia!!
    Beso y gracias de nuevo por tu aporte!

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